Claude Monet, Madame Monet en costume japonais
La
fascinación por Occidente se ha dado en diferentes épocas, al verse como algo
nuevo, exótico y diferente. La apertura de Oriente hacia Occidente en el siglo
XIX, específicamente de Japón, permitió que se conocieran esas estampas llenas
de color y con una estética propia, muy distinta a lo antes visto en Europa. Los
grabados de la escuela Ukiyo-e empezaron a coleccionarse, sobre todo por los
artistas, como los Impresionistas Monet y Degas.
Entre
las imágenes que se apreciaban en dichas estampas, estaba el predominio del
paisaje, la figura humana en poses muy casuales, y personajes populares como
geishas y samurais. Los grabados de la Ukiyo-e en Japón eran muy accesibles, y
la clase popular que no podía tener acceso a pinturas, podían comprarlos. Por
ello los temas tenían ese enfoque. Estos encuadres nuevos, fueron adoptados por
los impresionistas que se iban valiendo además de los avances tecnológicos,
como son la fotografía y la producción de pinturas en tubo.
El
llamado Japonismo, empezó como la moda de coleccionar artículos occidentales,
principalmente las estampas, encontrando los primeros ejemplos de
coleccionistas de este arte en Paris. Pero a su vez se refiere a la influencia
de las artes japonesas en las occidentales. Esto es en forma, colores y
composición.
De
las cosas que más llamaron la atención en los grabados fueron las asimetrías,
la libertad de la composición, o estos nuevos encuadres. Además las masas de
colores sólidos, que daban una expresividad muy particular. Las posiciones del
cuerpo de los personajes y los rostros, a su vez, hablan de emociones y
comunican sentimientos
Éste
Japonismo resulta una ruptura con el mundo grecorromano, con su estética establecida
hace varios siglos. A la cual se ha venido regresando según la ideología
correspondiente del periodo, retomando las formas clásicas y los diversos
cánones. Pero el Japonismo permite una nueva gama de tonalidades, que se han
ido triturando con el paso de los años, y ahora integrado en el lienzo
Occidental.
El
Japonismo es una fusión de los dos mundos, el Oriental y el Occidental. Las
combinaciones y mezclas que se dan, no sólo se pueden observar en Occidente,
sino también en el Este, puesto que lo exótico y novedoso para ellos es lo
cotidiano a nuestros ojos. Al tomar elementos de la cultura contraria una y
otra vez, resulta una fusión de lo ya antes combinado, pero siempre como una
renovación y no algo repetitivo.
Los
cerezos y los encinos pueden formar parte de un mismo paisaje, así como los
ojos rasgados y los ojos claros ver hacia una misma dirección. Pero en la
combinación de éstos es que esta la riqueza. Como Monet pintaría La Japonesa, que no es más que una mujer
rubia, con un kimono y abanicos; pero ésta es una referencia bastante notable y
evidente. Más allá ¿qué referencia se podía distinguir en Impresión: Sol Naciente?.
Claude Monet, Impression, soleil levant (Imresión: Sol Naciente)
Lanz Angel
Abril 2008
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